Monday, October 16, 2006

No es una fiesta muy santa

Halloween
No todo lo que brilla...
Por: Patricia
Hace unos años atrás, mi hermana menor buscó por los rincones de la casa una bolsa de basura negra y algunas pinturas. La bolsa se convirtió en un vestido y las pinturas simularon unas grandes ojeras, estaba lista para la gran diversión. Cuando anocheció, salió a la calle junto a sus amigas que vestían atuendos parecidos al de ella y comenzaron a golpear las puertas de las casas cercanas a la nuestra. La frase “Dulce o Travesura”se hizo presente.Esta costumbre no era más que una moda que había llegado hace poco tiempo a Chile, apoyado principalmente por el comercio, el cual vio en esta práctica una forma de aumentar sus utilidades por medio de la gran demanda que se generaría principalmente en dulces.Mi familia, a pesar de ser cristiana, no vio nada malo en que los niños salieran a pedir dulces a la calle, es más: la oportunidad de conseguir caramelos”gratis” fue decisiva.En los años siguientes vi desfilar a mi hermana y a sus amigas (cada vez mejor preparadas) por las calles cercanas a mi casa. Bajo la noche oscura, sus figuras parecían espectros, de pronto la mire a lo lejos y la desconocí, incluso sentí temor, luego algunos chiquillos que hasta cargaban palos en sus manos, tiraron huevos y harina a la puerta de mi hogar, rayaron las paredes de mis vecinos, rompieron vidrios e incluso insultaron a mas de alguno que se negó a conceder su “inocente” petición. Llegó un momento en que sentí pánico de abrir la puerta y me pregunté: ¿qué es esto? ¿Cómo una tranquila e inocente velada se convirtió en algo perverso? ¿Cómo es posible que niños que veo jugar amistosamente persiguiendo un balón, se transforman en pequeños delincuentes?.Pasado algunos días de este aterrador suceso me dirigí a un a biblioteca y esto fue lo que descubrí: “HALLOWEEN” es un nombre derivado de “All Hallows Eve” o “Víspera de todos los Santos”. El origen de esta celebración se encuentra en los ritos de unas tribus europeas llamadas Celtas, cuyos sacerdotes “Los Druidas” celebran el día en que Samán, dios de los muertos, invocaba a los malos espíritus a reunirse la ultima noche del año para examinar los acontecimientos del futuro, y además para que visitaran sus antiguos hogares en la tierra.En la religión de los Celtas, se daba culto a numerosos dioses y objetos naturales como árboles y pozos y sus sacerdotes, los que generalmente eran adivinos magos o brujos, acostumbraban a prender grandes fogatas en Halloween, aparentemente con el propósito de protegerse de los malos espíritus.Cuando los romanos conquistaron los territorios dominados por tribus celtas, especialmente en Escocia e Irlanda, añadieron a esta fiesta el “Festival de la cosecha” que realizaban el primero de Noviembre en honor de Pomona, diosa de los árboles frutales, y cambiaron su celebración para el 31 de Octubre.Otras costumbres de influencia romana que aún persisten es el de divertirse con frutas; tal como el pescar manzanas con la boca en un recipiente con agua, o el de formar caras grotescas en calabazas huecas y encender velas dentro de ellas. La noche de Halloween era una noche de terror, ya que los druidas acostumbraban a realizar sacrificios humanos en honor a su dios, por lo que cuando los pobladores de las aldeas veían en lo alto de los cerros las fogatas encendidas por los druidas, sabían que algunos de ellos morirían. Los Druidas iban de casa en casa pidiendo como ofrendas a mujeres vírgenes para el sacrificio, si las familias no entregaban lo pedido, éstos dejaban una señal afuera de la casa para que los espíritus malignos los atormentaran y los mataran de igual forma.

Luego de que leí toda esta información logre entender lo que estaba pasando, nada que tiene un origen tan oscuro y sórdido puede ser tan bueno. Al recordar a mi pequeña hermana disfrazada de “brujita” me pregunte: ¿qué es un brujo?...la respuesta vino a mi mente como un balde de agua fría, un brujo es un servidor de Satanás. Luego, para justificar mi conciencia me dije a mi misma, ”Ah, pero existen las brujas buenas”. Pero descubrí en la Biblia una respuesta que fue categórica:
Deuteronomio 18:10-12“...nadie entre los tuyos deberá sacrificar a su hijo o hija en el fuego, ni practicar adivinación, brujería o hechicería, ni hacer conjuros, servir de médium espiritista o consultar a los muertos. Cualquiera que practique estas costumbres será abominable al Señor...”.Más tarde, meditando en esto, me di cuenta que solo se celebra lo que se admira o se quiere, no hay nadie que celebre un día dedicado a su enemigo. Por ejemplo, solo los nazis celebran a Hitler, los judíos no lo celebran porque fue su enemigo, sería tonto que los judíos celebraran el natalicio de Hitler. ¿Será lógico entonces que los cristianos celebremos a los que han consagrado su vida al diablo?. La repuesta es obvia.Al año siguiente en la noche de Halloween pusimos un cartel en la puerta de mi casa que decía “NO A LA MENTIRA”, y cada vez que alguien golpeaba la puerta lo hacíamos pasar a la casa y le explicábamos porque no debíamos celebrar la noche de brujas.Actualmente nos juntamos en la iglesia, y junto a numerosos niños de la congregación que han entendido y se han dispuesto a no transar sus principios, salimos por las calles repartiendo información a nuestros vecinos de por que no debemos celebrar Halloween.Hay muchas cosas que parecen buenas e inocentes, pero por algo la Biblia nos dice”: Hay caminos que al hombre le parecen rectos pero su fin es de perdición”.Esta experiencia me ha servido para estar atenta a todo lo que ocurre a mi alrededor, y entender el dicho popular que dice”: No todo lo que Brilla es oro”.